Saltar al contenido

El Pan

El Pan es un cantón ubicado al noroccidente de la provincia del Azuay, a solo 63 kilómetros de Cuenca. Con una altitud de 2,560 metros sobre el nivel del mar y un clima templado de 15°C en promedio, El Pan es un destino turístico que cautiva a sus visitantes con sus paisajes naturales, rica historia y su importante legado cultural. Este pintoresco cantón es conocido por sus verdes montañas, historia ancestral y la calidez de su gente.

Historia de El Pan

El Pan tiene una historia que se remonta a tiempos precolombinos, cuando los Cañaris, una de las culturas indígenas más importantes del Ecuador, habitaban estas tierras. Los Cañaris consideraban la Peña de Turi, una de las elevaciones en El Pan, como un templo de adoración. Estos habitantes originales de El Pan se establecieron en la parte alta de esta peña, guiados por su cacique conocido como Topa-Pan, un nombre que significa “Jefe del Pan”. 

Con la llegada de los españoles, la historia de El Pan tomó un nuevo rumbo. Durante la época colonial, los españoles llegaron atraídos por los recursos naturales de la zona, especialmente la cascarilla y el oro, así como por la estratégica ubicación geográfica de El Pan en la cuenca del río Collay. 

La historia también registra a los hermanos Luis y Manuel Pan, quienes, provenientes de España, se asentaron en el lugar conocido como Pan Grande. Estos eventos dieron origen al nombre del cantón.

La Cantonización de El Pan

La fundación de El Pan como vice-parroquia se realizó en 1789, como parte de la parroquia de Guachapala. Más tarde, en 1837, El Pan fue constituido como parroquia eclesiástica gracias al sacerdote Miguel Ulloa. Finalmente, el 20 de septiembre de 1852.

El Pan se consolidó como parroquia civil y, en 1992, logró su cantonización durante el gobierno de Rodrigo Borja Cevallos. Desde entonces, El Pan cuenta con su propia administración, compuesta por la parroquia San Vicente.

Atractivos Naturales de El Pan

Montañas y Cerros

El Pan se encuentra en las estribaciones orientales de la cordillera de los Andes, y sus alrededores están rodeados de montañas y cerros que se han convertido en íconos turísticos y culturales. Entre los cerros más destacados están el Cerro de Turi, conocido como el Mirador Turístico, el Cerro de Ñuñurco, el Cerro de Peña Blanca, y los cerros Cari y Huarmi Collay. Estos lugares no solo ofrecen una excelente vista panorámica, sino que también son espacios preferidos por las familias locales para disfrutar de actividades al aire libre.

La vegetación nativa y los pastizales exuberantes de estos cerros crean el escenario ideal para hacer caminatas, picnics y tomar fotografías. Además, los amantes de la aventura pueden disfrutar explorando estos espacios naturales, los cuales están llenos de historia, tradiciones y leyendas de los antiguos Cañaris.